Bertolt Brecht

La vida de Bertolt Brecht va ser un constant compromís amb la realitat des dels inicis de la seua carrera artística fins la seua mort. Avui fa 110 anys del seu naixement a Ausburg i fins la seua mort, el 1956, va conéixer l’horror de la guerra, la revolució espartaquista, el triomf de Hitler i l’exili.

Havia viscut en la seua joventut una vida bohèmia junt els artistes expressionistes ofegats en el nihilisme i en la desesperació autojustificativa, però prompte adverteix que les actituds individualistes condueixen a la destrucció. Va ser el moment de buscar un camí i llavors trobà el marxisme. A partir d’aquest moment, sorgeix la seua obra fonamentada exclusivament en la dialèctica.

La seua obra, tant teòrica com pràctica, és una aposta constant per transformar el món. El 1934 escriu “Cinc dificultats per a dir la veritat”, on llegim: “En aquesta època de les complicacions i de les grans transformacions, és necessari que tots els què escriguen tinguen coneixement del materialisme dialèctic, de l’economia i de la història. Aquest coneixement, si es té la suficient aplicació, pot adquirir-se en els llibres i mitjançant la pràctica”. El seu teatre, doncs, en principi, està al servei de la recerca de la veritat i d’un canvi de l’actitud de l’espectador en una superació constant que va des de la seua primera obra “Baal” fins a “La vida de Galileu”.

Brecht va ser un artista teatral fidel als seus plantejaments artístics i ideològics. Aspectes que tampoc va abandonar en la seua poesia, la qual em va captivar des de ben joveneta. Ja he posat de manifest alguna vegada en aquest bloc la meua admiració per la vessant poètica de l’alemany, i, per suposat, no em resistiré avui a penjar algun dels seus poemes (extrets de Biblioteca Brecht, Alianza Editorial, 2005).

Loa de la dialéctica

Con paso firme se pasea hoy la injusticia.
Los opresores se disponen a dominar otros diez mil años
más.
La violencia garantiza: “Todo seguirá igual.”
No se oye otra voz que la de los dominadores,
y en el mercado grita la explotación. “Ahora es cuando
empiezo.”
Y entre los oprimidos, muchos dicen ahora:
“Jamás se logrará lo que queremos”.

Quien aún esté vivo no diga “jamás”.
Lo firme no es firme.
Todo no seguirá igual.
Cuando hayan hablado los que dominan,
hablarán los dominados.

¿Quién puede atreverse a decir “jamás”?
¿De quién depende que siga la opresión? De nosotros.
¿De quién que se acabe? De nosotros también.
¡Que se levante aquel que está abatido!
¡Aquel que está perdido, que combata!
¡Quién podrá contener al que conoce su condición?
Pues los vencidos de hoy son los vencedores de mañana
y el jamás se convierte en hoy mismo.

Canción de la buena gente

A la buena gente se la conoce
en que resulta mejor
cuando se la conoce. La buena gente
invita a mejorarla, porque
¿qué es lo que a uno le hace sensato? Escuchar
y que le digan algo.

Pero, al mismo tiempo,
Mejoran al que los mira y a quien
miran. No sólo porque nos ayudan
a buscar comida y claridad, sino, más aún,
nos son útiles porque sabemos
que viven y transforman el mundo.

Cuando se acude a ellos, siempre se les encuentra.
Se acuerdan de la cara que tenían
cuando les vimos por última vez.
Por mucho que hayan cambiado
-pues ellos son los que más cambian-
aún resultan más reconocibles.

Son como una casa que ayudamos a construir.
No nos obligan a vivir en ella,
y en ocasiones no nos lo permiten.
Por poco que seamos, siempre podemos ir a ellos, pero
tenemos que elegir lo que llevemos.

Saben explicar el por qué de sus regalos,
y si después los ven arrinconados, se ríen.
Y responden hasta en esto: en que,
Si nos abandonamos,
les abandonamos.

Cometen errores y reímos,
pues si ponen una piedra en lugar equivocado,
vemos, al mirarla,
el lugar verdadero.
Nuestro interés se ganan cada día, lo mismo
que se ganan su pan de cada día.
Se interesan por algo
que está fuera de ellos.

La buena gente nos preocupa.
Parece que no puedan realizar nada solos,
proponen soluciones que exigen aún tareas.
En momentos difíciles de barcos naufragando
de pronto descubrimos fija en nosotros su mirada inmensa.
Aunque tal como somos no les gustamos,
están de acuerdo, sin embargo, con nosotros.

Satisfacciones

La primera mirada por la ventana al despertarse
el viejo libro vuelto a encontrar
rostros entusiasmados
nieve, el cambio de las estaciones
el periódico
el perro
la dialéctica
ducharse, nadar
música antigua
zapatos cómodos
comprender
música nueva
escribir, plantar
viajar
cantar
ser amable