Todos llevamos, a la manera del Mono Jojoy, un GPS en los zapatos. Todos estamos localizables. A todos nos apunta un fusil de mira telescópica desde alguna azotea. Ahora mismo, mientras esperas el autobús preguntándote si la huelga fue un éxito, un fracaso o si terminó en tablas, una cámara de vídeo te observa de forma rutinaria. A lo mejor, son dos las cámaras, o tres, depende de que haya un Ministerio cerca, o de la intensidad del tráfico de la zona.Així comença el magnífic article d'opinió de hui de Juan José Millás al diari Información. Si teniu un parell de minuts, llegiu-lo sencer. No us penedireu.
divendres, 1 d’octubre del 2010
Carn de canó
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